Si Dios nos Ama ¿Por que existe el Infierno?

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Por William Lane Craig, Ph.D.

No creo que el infierno es lo que está representado en pinturas medievales. Potros de tortura, “pinschers” y hierros al rojo vivo, y cosas de ese estilo. Me parece que la esencia del infierno es lo que Pablo describe en 2 Tesalonicenses 1:9 donde dice:

“Éstos sufrirán el castigo… de la exclusión de la presencia del Señor y de la gloria de su poder,” (RVC)

Y creo que esa es la aflicción del infierno, separación de Dios; de todo lo que es bueno, bello y hermoso; y ser dejado con nuestro propio corazón perverso y egoísta por siempre. Y creo que eso es la esencia de lo que el infierno es.

Ahora, ¿es esto compatible con la bondad de Dios? Yo diría que lejos de ser incompatible con la bondad de Dios, la bondad de Dios requiere la existencia del infierno. El infierno es una manifestación de la bondad de Dios. ¿Por qué lo digo? Porque muestra que Dios es justo. Si Dios simplemente eludiera el pecado, no sería perfectamente justo. Y Dios es absoluta justicia: cada pecado, toda maldad en el universo recibirá su justa retribución y entonces el infierno es una manifestación de la justicia perfecta de Dios.

Y cuando piensas sobre eso, es tan difícil preguntar: ¿cómo es que un Dios de amor puede enviar personas al infierno? Como también preguntar ¿Cómo es que un Dios completamente justo puede enviar personas al cielo? Como una pregunta puramente intelectual, eso es igual de difícil ¿Cómo Dios, un Dios que es perfecta justicia, enviaria a alguien al cielo? Y aún así nadie se preocupa por ello ¿o sí? Nunca se hacen esa pregunta.
Pero veo aquí que hay un dilema real en la naturaleza de Dios. Su amor y compasión demandan reconciliación y perdón, y por lo tanto preguntamos ¿Cómo es que un Dios de amor puede enviar personas al infierno? Pero su perfecta justicia demanda un castigo al pecado justamente merecido y decimos ¿Cómo es que un Dios santo permite que las personas vayan al cielo? Y creo que la respuesta es Jesús. En la cruz de Cristo, la justicia y el amor de Dios se encuentran, se unen en la cruz. En la cruz vemos la justicia de Dios cuando su ira es derramada sobre el pecado y Cristo lleva la penalidad del pecado que merecemos.

 Pero en la cruz también vemos el amor de Dios, en que Dios mismo se encarna y soporta la penalidad del pecado que su propia justicia exigía, para que nosotros no tuviésemos que ser castigados y ser libres.

Así que en la cruz vemos el incomprensible amor de Dios por nosotros en lo que Cristo sufrió y soportó por nosotros. Y aún así vemos la santidad perfecta y justicia de Dios, cuando el terrible castigo al pecado es desatado.

Así que yo pienso que el amor y la justicia de Dios se unen en la cruz y se reconcilian en la muerte expiatoria de Cristo. La existencia del infierno, es en un sentido nuestra única esperanza, porque muestra que estamos lidiando con un Dios justo después de todo, estamos tratando con un Dios de perfecta bondad y perfecta justicia, y que el pecado será castigado, la maldad será corregida. Pero Dios también es un Dios de perfecto amor y compasión que provee los medios de reconciliación con Él.
Traducido por Raúl Jaramillo

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