Asesinatos en Oregon: Y ¿Dónde Estaba Dios?

Hoy por la mañana me disponía a comenzar mi larga lista de trabajo, pero no podía dejar de pensar en los asesinatos en Oregon del día de ayer. Imagínate ser un estudiante cristiano en la universidad, que entre un sujeto armado, y que a cada estudiante comience a preguntarle su religión. Si eres cristiano, eres eliminado inmediatamente. Esto fue precisamente los que sucedió en el “Umpqua Community College” en Oregon a 10 chicos cristianos que murieron sin negar a Cristo y se unen a los miles de creyentes que han sido martirizados simplemente por amar a Jesús.  El asesino fue escuchado decir:

“En aproximadamente un segundo vas a ver a Dios” antes de dispararle a uno de los chicos.

¿Cómo reaccionar como cristianos? ¿Imponiendo más leyes y restricciones contra armas de fuego? ¿Poniendo más seguridad en las escuelas? ¿Esperando que el presidente o el gobierno arregle el problema? ¿Cuál es la solución?

El problema de fondo no son las leyes.

El problema de fondo no es la seguridad.

El problema de fondo no es que hay demasiadas armas.

No, ese no es el problema:

El problema del fondo es que el corazón del hombre está entenebrecido.

El problema de fondo es que Dios nos dio libertad y la hemos usado para el mal.

El problema de fondo es que el mismo libre albedrío que usamos para amar a un hijo lo podemos usar para asesinar, mentir y destruir.

El problema es la maldad del hombre… ESE es el problema.

Y lo natural es pensar. ¿Dónde estaba Dios en todo esto? Esta misma pregunta se la hizo Elie Wiesel.

Elie Wiesel, Ganador del Premio Nobel, un Judío Sobreviviente del holocausto Nazi, recuenta acerca de un día en el que estaba en un campo de concentración y se le obligó, junto con otros, a observar cómo ahorcaban a dos hombres judíos y a un pequeño niño. Los dos hombres murieron instantáneamente pero la muerte del niño se prolongó mientras luchaba colgando del madero del patíbulo durante media hora. Alguien detrás de Wiesel se escuchó murmurando: ¿Dónde está Dios? ¿Dónde está? …Wiesel también sintió el peso de la pregunta inconteniblemente salir de lo más profundo de si mismo…Pero luego escuchó una voz suave dentro de sí contestando, “Dios está ahí, colgando con él del mismo madero».

Y la pregunta es, ¿puede otra fe aparte de la fe Cristiana responder a esta pregunta en su sentido más pleno? Cuando vemos las atrocidades del mundo y nos preguntamos ¿Dónde está Dios? Nos viene la respuesta: Él está ahí, en medio—recibiendo en sí mismo el castigo por nuestras atrocidades…

Dios está ÉL MISMO en el patíbulo, para que nos podamos acercar a él, a Dios. Para que te puedas acercar a él. No hay otra respuesta mayor…¡EL ESTA EN MEDIO!

Y esto fue evidente también en Oregon. Dios estaba ahí cuando una abuelita comenzó a aplicar CPR (resucitación) a Chris Mintz, un veterano militar a quien se le disparó al menos ¡5 veces! tratando de detener al asesino. Mintz dijo, “hoy es cumpleaños de mi hijito”, mientras la mujer le tomaba de la mano y oraba con él. Dios estaba ahí conforme llegaban los primeros paramédicos y socorristas. Dios estaba ahí, mientras, uno tras otro, los cristianos profesaban a Jesús como su Señor—dando testimonio de Él—mientras ganaban el supremo galardón de la Gloria Eterna con Cristo. Ellos se unen ahora con los Santos del apocalipsis que piden:

¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra?” (Ap. 6:10).

¿Y sabes cuál es la respuesta a este clamor? El apocalipsis dice:

“Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos” (Ap. 6:11).

Y esas vestiduras blancas se las ha dado Cristo por ser testigos. ¿Sabes? La palabra “Mártir” en la Biblia es exactamente la misma que “Testigo”. Ellos dieron testimonio con sus muertes mientras que la mayoría de nosotros, los vivos, vivimos como si Cristo no viviera en nosotros. La Biblia no dice que las cosas se pondrán más fáciles en este mundo…no. Al contrario. Pero como cristianos necesitamos tener otra perspectiva, y la perspectiva es esta:

¡LA BATALLA ESTÁ GANADA!

Escúchame esto:

Vivimos en un universo donde el Dios todopoderoso resucita a los muertos y da vida al pecador.

Vivimos en un universo donde el Dios todopoderoso resucitó a Jesús.

Y no hay nada en este mundo ni en el que viene que pueda mandar a Cristo de regreso a la Tumba. Para los jóvenes que murieron en Oregon, y no solo para ellos sino para todos los que creen en Cristo, este es el destino final:

“Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones. Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes.  No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos” (Ap. 22:1-5).

Dios quiere devolverte el reino. Quiere darte Vida Eterna y que vivas con el por siempre y para siempre. ¿Tú ya tienes este regalo? ¿Si es así, lo estas compartiendo?

Dios es bueno y no comete maldad. La maldad es un problema humano porque nosotros somos los que cometemos la maldad y por eso necesitamos un cambio de naturaleza, el cambio que ofrece Cristo si le recibimos y entregamos nuestra vida. Sigamos esparciendo este mensaje de esperanza en medio de la oscuridad. Es lo menos que podemos hacer. Se los debemos a Cristo que nos salvo y a los cristianos que dieron sus vidas el día de ayer.

Amen!


Si te interesa saber más acerca de porqué Dios permite el mal en el mundo, te sugiero leer el capitulo 10 y 11 de mi estudio “Angeles, Demonios y el problema del Mal”.

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