Por el Dr. Clay Jones.
La blasfemia al Espíritu Santo es llamada el “pecado imperdonable,” un pecado jamás perdonado. La mera posibilidad de cometer tal pecado frecuentemente preocupa a muchos cristianos. De hecho mientras cursaba el segundo año de secundaria pensé que yo mismo había cometido esta blasfemia al Espíritu Santo—y consecuentemente caí en depresión. Evidentemente, nuestro estado emocional puede influenciar nuestra percepción de la escritura. En las últimas cuatro décadas desde entonces, me he topado con muchos cristianos que temen haber cometido la blasfemia al Espíritu Santo y siempre me ha sido grato el decirles que no lo han hecho.
La enseñanza de Jesús en cuanto a la blasfemia al Espíritu Santo—el pecado imperdonable—se encuentra en Mateo, Marcos y Lucas, pero en Mateo encontramos la presentación más detallada y cohesiva. En Mateo 12:22 leemos que Jesús cura a un hombre endemoniado que también estaba ciego y mudo. No entenderemos completamente el significado de lo que sigue al menos que comprendamos la maravilla de este momento en Palestina durante el siglo primero. Una persona ciega y muda era una gran carga y una plaga—alguien sucio y digno de evadir—aparte este estaba poseído.
¡Pero Jesús lo sano! De pronto el hombre podía hablar y ver. En un instante fue restaurado. Podía valerse por sí mismo y expresar sus pensamientos. La gente estaba “atónita.” ¡Que cosa tan asombrosa! Que indescriptible alegría y alivio debe haber sido para las personas que lo cuidaban.
Pero en respuesta a este gran e innegable milagro de restauración completa—innegable aun para los fariseos—los fariseos se mofaron, “Este no echa fuera los demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios.”1 Por tanto, los fariseos atribuyen la sanación milagrosa a Satán—el “señor de las moscas,” el “Príncipe de las Tinieblas,” el “enemigo malo.” La respuesta de los fariseos muestra una dureza inequívoca contra Dios.
En respuesta, Jesús acentúa lo obvio en el verso 26: “Y si Satanás echa fuera a Satanás, contra sí mismo está dividido; ¿cómo, pues, permanecerá su reino?” Tal comportamiento esquizofrénico incapacitaría el reino de Satanás. Pero Jesús eleva la lógica indicando que nadie saquea la casa de un hombre fuerte si no le ata primero, demostrando así que sacó a los demonios por una “autoridad mayor a la de Satanás.”2 En resumen, la sencilla conquista de poderosos seres malignos demuestra lo que la dureza del corazón se niega a conceder: Jesús sanó con el poder del Espíritu Santo.
Y ahora llegamos a uno de los pasajes Bíblicos más serios: “Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada. A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero” (v. 31-32).
Para empezar, cabe hacer notar que los fariseos nunca mencionaron o enunciaron las palabras “Espíritu Santo” o cosa parecida. Por tanto debe ser posible de cometer la blasfemia del Espíritu Santo sin siquiera mencionar la palabra “Espíritu” o “Espíritu Santo.” ¿Qué fue entonces lo que hicieron los fariseos? Notemos el contexto. Ellos atribuyeron una innegable y clara obra del Espíritu Santo—en este caso la liberación de un hombre torturado por un demonio que resulto en su ceguera y sordera—al poder de Satanás. Esto no fue un simple malentendido. El profesor de estudios neo-testamentarios D. A. Carson esta en lo cierto al afirmar que la blasfemia de los fariseos al espíritu santo es un rechazo de “la verdad con total conciencia de lo que se está haciendo—en pensamiento, voluntad y conciencia rechazando el trabajo del Espíritu a pesar de no haber otra explicación a los exorcismos de Jesús. Para tal pecado no hay perdón.”3
Luego, en los versos 33 y 34, Jesús continúa aclarando la dura condición de los fariseos. Jesús les dice que “por el fruto se conoce el árbol” y que son una “generación de víboras” que son “malos” y hablan de la “abundancia del corazón.” En otras palabras, la blasfemia de los fariseos no fue un arrebato de la lengua o simplemente una percepción equivocada de la realidad. Más bien fue un rechazo consciente, deliberado, y final por el que darán cuentas en el Día de Juicio.
Toda persona de tierno corazón hacia Dios entraría en estado de pánico después de escuchar la lógica de Jesús, su reprensión y advertencia de condenación eterna. Pero no los fariseos. En su lugar, en el v.38 leemos, “Entonces respondieron algunos de los escribas y de los fariseos, diciendo: Maestro, deseamos ver de ti señal.” Es como si dijeran, “A pesar de que has curado a un hombre ciego y mudo en nuestra presencia, demostrado tu dominio sobre seres espirituales, y refutado nuestros argumentos—aun necesitamos más pruebas de que lo que haces viene de Dios.” En el verso 39, Jesús les contesta que su petición de evidencia demuestra la maldad de su dureza: “La generación mala y adúltera demanda señal.”
Por lo tanto, la blasfemia del Espíritu Santo es más que un rechazo, aun repetido, ya sea verbal o no, del testimonio del Espíritu Santo hacia Jesús.
Consideremos dos ejemplos en la Escritura de personas que inicialmente rechazaron el testimonio del Espíritu a Cristo, pero eventualmente lo aceptaron. Jacobo, el hermano de Jesús, creció con él y estuvo presente durante la inauguración de su ministerio de milagros (Juan 2:11-12), y posiblemente estuvo también en este milagro específicamente (Mateo 12:46), pero Jacobo pensaba que Jesús, al menos, estaba confundido o mentalmente inestable (Juan 7:3-5). Más tarde, sin embargo, Jacobo se convierte en un líder de la iglesia Cristiana (Gal. 1:19). Asimismo, Pablo no solo rechaza el mensaje de Cristo inicialmente sino que persigue a aquellos que lo proclaman (Hechos 8:1,9:1). Más tarde, Pablo se convierte en apóstol. Por tanto, es claro que la blasfemia al Espíritu Santo no es simplemente el errar al no reconocer el testimonio del Espíritu hacia Cristo. Más bien, la blasfemia al Espíritu Santo ocurre cuando alguien, a sabiendas, sin ambigüedad, intencional y permanentemente rechaza el testimonio del Espíritu Santo hacia Jesús. El profesor de estudios neo-testamentarios Darrel L. Buck sintetiza bien la situación: “La blasfemia al Espíritu puede verse como una consecuencia de rechazar al Hijo del Hombre. La diferencia entre blasfemar al Hijo del Hombre y al Espíritu es que la blasfemia al Hijo del Hombre es un rechazo instantáneo, mientras que el rechazo al Espíritu es permanente…Una vez que el testimonio del Espíritu y del trabajo de Dios por medio de Jesús es permanentemente rechazado, entonces nada puede ser perdonado, ya que el plan de Dios ha sido igualmente rechazado.”4
Igual que Jesús, nosotros mismos debemos advertir a aquellos que se endurecen contra el mensaje de las Buenas Nuevas. Debido a que esta blasfemia firme, intencional y permanentemente rechaza el trabajo del Espíritu Santo por tanto también pone a la persona más allá del arrepentimiento.
Más aún, consideremos la razón por la cual este es un pecado imperdonable. Los cristianos no creen que el Padre y el Hijo sean menos merecedores de reverencia que el Espíritu Santo. Finalmente la razón es que, precisamente la tarea del Espíritu Santo es la de convencer al mundo de su pecado y la verdad acerca de Jesús y el endurecimiento permanente es imperdonable (Juan 16:7-9).
No es difícil para cristianos batallando con grandes (aunque fuera de foco) inseguridades el culpar sus ansiedades en algo tangible como, “¡Tal vez ya he cometido un pecado imperdonable!” Pero debemos eliminar tales ansiedades llevando todo pensamiento cautivo (2 Cor. 10:5) y cimentar nuestras vidas en el conocimiento de la clara instrucción de la Escritura. Ya que ninguna persona que ha rechazado el trabajo del Espíritu Santo estaría preocupado de haber ofendido al Espíritu Santo. ¡El mero hecho de que la persona esté angustiada acerca de su relación con Jesús es evidencia de que no se ha endurecido contra el Espíritu Santo!
De hecho, si la blasfemia del Espíritu Santo pudiera ocurrir por medo de palabras arrebatadas en medio de una rabieta de enojo, entonces la escritura se estaría contradiciendo. Esto es el caso dados los muchos versos que garantizan la salvación de una persona que se falsificarían si la persona hubiera cometido un pecado imperdonable (Juan 5:24; Juan 1:12; Juan 3:16; Rom. 10:9). Estos versos no dicen, “Y serás salvo al menos que hayas cometido un pecado imperdonable.” Simplemente dicen, “Serás Salvo.”
Un conocimiento profundo de lo que Jesús dice acerca de nosotros disipa inseguridades infundadas. En realidad, esto fue lo que más me ayudo en mis épocas de estudiante. Memoricé versos de la Escritura similares a los que mencione arriba cada vez que temía el haber cometido el pecado y los recite persistentemente repetidamente hasta recuperar la confianza de mi salvación. Romanos 10:9 dice, “que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.” Por lo tanto, aquellos que confiesan que “Jesús es Señor” y creen que “Dios le levanto de los muertos” pueden concluir con toda seguridad y confianza que no han cometido un pecado imperdonable, sino que serán salvos.
Clay Jones es profesor asociado en el programa de maestría en apologética de la Universidad de Biola y se especializa en cuestiones relacionadas a por que Dios permite el mal. Sus más recientes reflexiones se pueden encontrar en http://www.clayjones.net
Este artículo apareció inicialmente en la columna de hermenéutica práctica del “Cristian Research Journal” volumen 34, numero 4 (2011). Para mayor información o suscripción al periódico ir a: http://www.equip.org
- Todas las citas bíblicas tomadas de la versión RV 1960. ↩
- D.A Carson, “Mateo,” The Expositor’s Bible Commentary, ed. Frank E. Gaebelein (Grand Rapids: Zondervan, 1984), 290. ↩
- Carson, 291-292. ↩
- Bock, 1143. La “Blasfemia del Espíritu Santo no es tanto un hecho de rechazo sino una persistente y decisiva aversión al mensaje del Espíritu concerniente a Jesús. Cuando una persona rechaza y rehúsa obstinadamente el mensaje o evidencia, entonces esa persona ya no es perdonada” (Bock, 1141). ↩
Si una persona se ha endurecido por causa del pecado. Sabe que esta endurecida, pero ha dejado de oir la voz de Dios pero es consiente de que Jesús es el Hijo de Dios, que le levantó de los muertos. Como podría saber si ha cometido o no el pecado imperdonable
Hola Lizeth,
La respuesta esta en Romanos 1.
Saludos!
CD
Llevo 8 anos atormentada con este tema y por alguna razon esta explicasion me dio un poquito de paz.
Me alegro mucho que haya sido de ayuda!
CD
Hace días leyendo ese pasaje se me vino a la mente una blasfemia una maldición contra El Espíritu Santo y yo mismo me la provoque. ahora temo haber cometido este pecado y ser condenado eternamente. padezco de Toc y me obsesiono fácilmente con este tipo de cosas. Al Haber maldecido así siento que no podre ser perdonado.
Mark,
Como dice el escrito. Creo que el que te preocupe que lo hayas hecho es señal de que no has cometido tal blasfemia.
Simplemente pide perdón a Dios de todo corazón, lee tu biblia y ora diariamente.
El conoce también tu aflicción y si eres sincero el te perdonará:
Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. I Juan 2:1
*[[Mc 3:30]] RVG* Porque decían: Tiene espíritu inmundo.
Este es el evangelio más claro al respecto.
J
Tanbien, el testimonio del ES es 1- conviccion del pecado, el justicia perfecta de Cristo, y juicio por todos que rechazar su mensaje.
Entonces si acepta estos cosas es el fundacion de la evangelio… para rechezar estos 3 cosas es como llama del ES una mentiroso. Murir con este pecado es inperdonable.
Hola tengo muchísimo miedo de haber cometido ese pecado resulta que me obsesioné y empezaron los pensamientos tormentosos y en el bautizo de mi primito bebé mientas hacian el protocolo en la antesala mi mente empezó a decir los pensamientos tormentosos de que lo hacía satanas porque yo ya había leído anteriormente eso de que se le atribuyen obras del Espíritu Santo a satanas entonces salí de la iglesia y volví y creí que ya lo habían bautizado entonces lo bautizaron y mi mente no dejaba de decir esas cosas tengo muchísimo miedo de haber cometido ese pecado me arrepiento muchísimo de haber ido a la iglesia así no hubiera tenido que pasar por eso alguien ayúdeme por favor
Alissa,
Con gusto lo platicamos, pero en definitiva, te recomiendo leer el artículo. Tu no has cometido el pecado imperdonable precisamente por tu actitud de arrepentimiento!
Estos días estuve leyendo este pasaje y creo que hay algo más que percibí, y es que, si ellos acaban de ver un milagro tan grande como ese, y acaban de notar el poder de Dios actuando, pero rechazaron dicha señal, la pregunta sería ¿Qué señal les convencería? O mejor dicho ¿qué más se les podría ofrecer para convencerles?
Eso hace visible que esa blasfemia contra el Espíritu santo, es decir, el no aceptar la señal clara y notoria de su actuación, es impedimento total de la posibilidad de ver cualquier otro tipo de actuación del Espíritu Santo, es decir: Cualquier cosa que hiciere el Espíritu Santo, ellos verían como: “no, fue por tal cosa; no, fue el diablo; no, fue por… etc” por lo que al final, como consecuencia lógica, si rechazan todas las señales del que hace la obra, será imposible que aquel que hacer la obra la haga también en ellos, es decir, convencerlos (convencerlos de pecado); Y si no hay convencimiento de pecado, obviamente tampoco hay posibilidad de alcanzar el perdón de ellos.
Excelente observación!
Hola a todos este yo tengo miedo de haber cometido este pecado pero la cosa es que me vienen pensamientos de decir algo en contra del espiritu Santo y me han estado viniendo pensamientos blasfemos y hasta cierto punto me cuestiono yo mismo de que si enrealidad lo habre cometido yo me he sentido muy asustado y muy aflegido que si enrealidad habre cometido este tipo de pecado yo amo mucho a mi Señor Jesuscristo y Amo con todo mi corazon Al Espiritu Santo pero me siento muy alflejido de que si enrealidad lo habre cometido soy un joven de 15 años y lo unico que quiero es adorar a Dios y ser un predicador y estoy dispuesto a arriesgar mi vida por mi Señor Jesuscristo predicando su palabra yo nunca lo he declarado con mi boca solo siento ataques del enemigo que quiere que yo diga eso con mi boca yo nunca lo he dicho con mi boca pero es posible cometerlo con la mente o solo es un ataque del enemigo ?
Hola a todos este yo tengo miedo de haber cometido este pecado pero la cosa es que me vienen pensamientos de decir algo en contra del espiritu Santo y me han estado viniendo pensamientos blasfemos y hasta cierto punto me cuestiono yo mismo de que si enrealidad lo habre cometido yo me he sentido muy asustado y muy aflegido que si enrealidad habre cometido este tipo de pecado yo amo mucho a mi Señor Jesuscristo y Amo con todo mi corazon Al Espiritu Santo pero me siento muy alflejido de que si enrealidad lo habre cometido soy un joven de 15 años y lo unico que quiero es adorar a Dios y ser un predicador y estoy dispuesto a arriesgar mi vida por mi Señor Jesuscristo predicando su palabra yo nunca lo he declarado con mi boca solo siento ataques del enemigo que quiere que yo diga eso con mi boca yo nunca lo he dicho con mi boca pero es posible cometerlo con la mente o solo es un ataque del enemigo ?
Siento que mi mente esta siendo atacada constantemente con pensamientos algo asi como esos y eso son palabras que jamas diria pero me llegan esos pensamientos blasfemos y nose que hacer soy cristiano desde niño mis padres son cristianos y he pasado un proceso medico muy dificil en la.cual yo he creido y creo en Dios con todo mi corazon tengo fe en el pero me siento aflejido por estos pensamientos blasfemos y me siento asustado y me he estado preguntando que si lo habre cometido he estado muy aflejido porque no se si lo he cometido Yo Amo al Espiritu Santo con todo mi corazon
Y nose que hacer yo nunca lo he dicho con mi boca solo me han venido y me vienen pensamientos blasfemos que no quiero Ayudenme por favor.