POR QUÉ LAS HIJAS NECESITAN DE UN PADRE

Por qué las Hijas Necesitan de un Padre

Por: Dr. Meg Meeker

Hombres, les necesitamos. Nosotras—madres, hijas y hermanas—necesitamos de su ayuda para criar mujeres jóvenes sanas. Necesitamos cada onza de valentía e ingenio masculino que posean porque el papá, más que nadie, influye profundamente en el rumbo de la vida de una hija.

Después de más de veinte años de atender hijas—y de repartir antibióticos, antidepresivos y estimulantes para las niñas que se han pasado la vida sin el amor de un papá—sé cuán importantes son los hombres en las vidas de sus hijas. He escuchado hora tras hora a jóvenes mujeres que describen cómo vomitan en los baños en la escuela para mantener su peso y figura. He escuchado a niñas de catorce años decirme que tienen que acceder a actos sexuales que las indignan para mantener a sus novios contentos. He visto a chicas dejar equipos de tenis universitarios, abandonar la escuela, y mutilarse el cuerpo con iniciales o tatuajes de personajes del “jet set” y la farándula, todo para ver si su papá lo notaría.

Papá, más que nadie en el mundo, tú marcas e influyes en la vida de tu hija.

Y he observado cómo las hijas se comportan con su padre. Cuando entras en su habitación, ellas cambian. Todo acerca de ellas cambia: sus ojos, su boca, sus gestos, su lenguaje corporal. Las hijas nunca son indiferentes a la presencia de su padre. Posiblemente den a sus madres por sentado, pero a ti no. Cuando te ven se iluminan—o lloran. Te observan intensamente. Meditan en tus palabras. Anhelan tu atención, y esperan de tu tiempo desesperadamente—o con frustración. Necesitan ese gesto de aprobación, ese guiño de ánimo, o simplemente tu contacto visual para saber que les importas y que estás dispuesto a ayudarlas.

Cuando ella está en tu compañía, se esfuerza aún más por sobresalir. Cuando la instruyes, aprende más rápido. Cuando la guías, obtiene confianza.

Si tan solo pudieras dimensionar cuán profunda influencia ejerces en la vida de tu hija, quedarías abrumado.

Ni los novios, ni los hermanos y ni siquiera los esposos pueden moldear su carácter en la misma medida que tú. Tú vas a influir profundamente en su vida porque ella te da una autoridad que no le otorga a ningún otro hombre.

Muchos papás (particularmente de chicas adolescentes) asumen que tendrán poca influencia en sus hijas—ciertamente menos influencia que la cultura pop de las amigas de sus hijas. También piensan que sus hijas necesitan discernir las cuestiones de la vida por sí mismas. Pero tu hija encara un mundo radicalmente diferente al que tu conociste: es menos amigable, moralmente pútrido, e incluso simplemente peligroso. Después de los seis años, es difícil encontrar ropa de “niña”. Muchos vestidos están diseñados para hacerla lucir como una adolecente seductora de trece o catorce años. Entrará a la pubertad antes que las niñas de la generación anterior (y los muchachos estarán observando cómo empieza a madurar físicamente incluso a partir de los nueve años). Ella habrá visto escenas provocativas e incluso de índole sexual en revistas y en televisión antes de llegar a los 10 años de edad, estés de acuerdo o no. Aprenderá acerca del SIDA en primaria y posiblemente también cómo se transmite.

El padre es la barrera entre las hijas y este mundo tóxico.

Si estás leyendo esto, eres un padre motivado, sensible y afectuoso. Eres un buen hombre, pero probablemente estés agotado. Para ti, hay buenas noticias y malas noticias.

La gran noticia es que para experimentar una vida más rica y criar a una hija fabulosa, no necesitas cambiar tu papel. Solo necesitas acentuar las fortalezas de tu papel como padre. Tienes todo lo que necesitas para mejorar la relación con tu hija.

Aquí están las malas noticias. Necesitas parar en seco, abrir más los ojos y darte cuenta a qué se enfrenta tu hija hoy, mañana y dentro de diez años. Es difícil y es aterrador, pero así son las cosas. Si bien quieres que el mundo sea tierno y amable con ella, la verdad es que es cruel más allá de la imaginación—incluso antes de que sea adolescente. Aunque no participe en cosas malévolas, están a su alrededor: promiscuidad sexual, abuso de alcohol, lenguaje vulgar, drogas ilegales y niños y hombres depredadores que solo quieren robarle.

No pienses que no puedes luchar contra sus «contemporáneos» o el poder de la cultura pop. Exactamente lo opuesto es verdad. Sí, la música, las películas y las revistas, son de enorme influencia y dan forma a lo que las niñas piensan de sí mismas, qué ropa usan, e incluso las calificaciones que obtienen. Pero su influencia no se acerca ni por mucho a la influencia de un padre. Se ha investigado mucho sobre esto, y el padre siempre resulta ser la influencia #1. Los efectos de padres cariñosos y afectuosos en la vida de sus hijas se pueden medir en niñas de todas las edades.

Cuando estás con ella, ya sea que coman juntos y hagan la tarea o incluso cuando solo estás presente sin hablar, la calidad y la estabilidad de su vida—y verás que también la tuya—mejoran  inmensurablemente. Incluso si piensas que los dos operan en diferentes frecuencias, incluso si te preocupa que el tiempo pasado con ella no muestre resultados medibles, incluso si dudas que tenga un impacto importante en ella, el hecho clínico es que le estás dando a tu hija el más grande de los regalos.

Tu hija verá este tiempo invertido contigo de manera muy diferente a como tú lo ves. Con el pasar de los años, en etapas erráticas y en la simple y sencilla vida cotidiana, ella absorberá tu influencia. Ella observará cada movimiento que tú hagas. Posiblemente ella no entienda por qué estás feliz o enojado, o afectuoso, pero serás el hombre más importante de su vida, para siempre.

Cuando tenga veinticinco, ella medirá mentalmente a su novio o su esposo contra ti. Cuando tenga treinta y cinco, el número de hijos que tenga se verá afectado por su vida contigo. La ropa que use será un reflejo de algo acerca de ti. Aun cuando tenga setenta y cinco, la forma en que enfrente el futuro dependerá de un distante recuerdo del tiempo que pasaron juntos. Sea para bien o para mal, las horas y años que pases con ella—o que no pases con ella—cambian su vida por siempre.

¡Vamos hombres!¡Nosotras, sus hijas, los necesitamos!

Extracto de 33 The Series vol. 6: A Man and His Fatherhood de Dr. Meg Meeker

Traducción de Chris Du-Pond

 

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