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La doctrina de la Trinidad está bien representada en el Antiguo Testamento, principalmente en los versículos que se refieren a Dios ya su agencia en el plural (Gen 1:26 y 3:22 son los principales ejemplos).
Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen,(C) conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. –Génesis 1:26.
Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida,(D) y coma, y viva para siempre. –Génesis 3:22
Pero, probablemente, uno de los mejores ejemplos es Isaías 48:16 (RV60):
Acercaos a mí, oíd esto: desde el principio no hablé en secreto; desde que eso se hizo, allí estaba yo; y ahora me envió Jehová el Señor, y su Espíritu.
La versión Latinoamericana lo traduce así:
Acérquense a Mí, escuchen esto: Desde el principio no he hablado en secreto, Desde el momento en que sucedió, allí estaba Yo. Y ahora Me ha enviado el Señor DIOS, y Su Espíritu.
En este breve pasaje profético, el Mesías es «enviado» por el «Señor Dios» y su «Espíritu”. Las tres personas de la Deidad están representadas. Otros pasajes incluyendo múltiples versos mencionan a las tres personas, pero no en el mismo versículo como Isa. 48:16 hace. Aunque se podría argumentar que el Hijo o el Mesías no se menciona directamente, el versículo menciona al Señor Dios «y» su espíritu con claridad, junto con una tercera persona que es «enviada». El contexto del pasaje completo nos lleva a deducir que esto es lenguaje mesiánico, por lo tanto la persona que “habla” es precisamente el Mesías. Este verso es una joya de la Escritura.