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En esta serie, vamos a desarmar objeciones cortas al Cristianismo/Dios con respuestas cortas.1
OBJECIÓN: «Jesus era como todos los demás líderes religiosos, como Buda»
RESPUESTA: Consideremos los documentos primarios acerca de Jesus, Los Evangelios. 2 La figura dominante de este recuento histórico (no mítico) es la de alguien que cree en un sólo Dios (a diferencia de Buda), dice ser profeta de Dios (a diferencia de Buda), ratifica las escrituras hebreas (a diferencia de Buda), cumple las profecías hebreas acerca del Mesías (a diferencia de Buda) y afirma tener autoridad para perdonar pecados (a diferencia de Buda). Buda murió pacíficamente a los 80 años diciendo, “esfuércense por su salvación”. Jesus murió en una sangrienta cruz romana diciendo, “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”. La piedra angular del Nuevo Testamento es la Resurrección de Jesus de entre los muertos en el espacio-tiempo histórico. Buda murió y no creyó ni en la caída del hombre/creación ni en su redención.
Para mayor información: Ver: “¿Es el Amor la meta principal de toda religión?”
Y “Cómo Invalidar una Religión Usando Evidencia Científica o Histórica”.
- Respuestas Inspiradas por el Apologista Cristiano Douglas Groothuis ↩
- «Si los historiadores quieren saber qué dijo e hizo Jesús están más o menos obligados a usar los Evangelios del Nuevo Testamento como sus fuentes principales. Permítanme enfatizar que esto no es por razones religiosas o teológicas, por ejemplo, que se pueda confiar en estos y sólo en estos. Es por razones históricas, puras y simples. Además, los registros de Evangelios fuera del Nuevo Testamento tienden a ser tardíos y legendarios, de considerable interés en sí mismos, pero de poco uso para el historiador interesado en saber qué sucedió durante la vida de Jesús. Con las excepciones parciales del Evangelio de Tomás y de Pedro, que incluso por las más generosas interpretaciones no pueden proveernos de cantidades sustanciales de nueva información, las únicas fuentes verdaderas disponibles para el historiador interesado en la vida de Jesús son, por lo tanto, los Evangelios del Nuevo Testamento.» Bart D. Ehrman, The New Testament: A Historical Introduction to the Early Christian Writings, fourth ed. (New York: Oxford University Press, 2008), 229. ↩